Os cuento mi experiencia personal, para mí poco se parecieron, comenzando por la concepción que la del primer embarazo fue por fecundación in vitro ( FIV ) y la del segundo natural, de ahí partieron muchas diferencias, ya que el primero era un embarazo gemelar, en la semana sexta me dijeron que un embrión se había dividido y que eran tres ( sí!!! Estábamos esperando trillizos!!!!😳) y solo un día después tuve una torsión ovárica, cuando salí de la operación ya solo se veían dos embriones, y a los 10 días comencé con hemorragias y otro de los embriones se paró, os podéis imaginar que con estos comienzos el embarazo fue todo menos tranquilo, yo me pasé en reposo relativo hasta la semana 20, en cambio en el segundo, me enteré cuando tenía un retraso de más de 10 días, a la vuelta de un viaje de trabajo de Lyon, ya sabéis que los franceses son bastante dados a comer con vino, yo en la comidas no suelo beber, porque si ya sin vino me cuesta mantenerme despierta después, pues con vino tengo que hacer un esfuerzo sobre natura, pero en las cenas si que suelo tomarme alguna copita, así que ahí estaba yo, embarazada sin saberlo tomándome mis copitas y ¿qué es lo típico en Lyon??? pues por si no lo sabíais el embutido (tipo salchichón) y los quesos, pues nada de todo eso también comí los días que estuve allí.
En el primer embarazo como fecundación fue hecha a lo largo del ciclo natural de fertilidad, en otras palabras que en un mes, como si tuviese el proceso natural del cuerpo, me hicieron la extracción de óvulos, los fecundaron y me hicieron la transferencia, pues me pasé unos quince días, entre algodones, observando mi cuerpo cada día, del segundo como no me lo esperaba, pues hice muchas cosas que de ser consciente del embarazo no las habría hecho, como ir al parque de atracciones y subirme en la montaña rusa que más vueltas te da (Abismo) y en la que vas sujeta justo por la tripa, estar a régimen, comer embutido y quesos «sin control» y seguro que alguna que otra cosa más.
En el primer embarazo estuve de baja desde que tuve la torsión ovárica y comencé con las hemorragias y en el segundo he estado trabajando el primer y segundo trimestre, a ritmo normal, con viajes, aeropuertos… y como encima, todavía la tripa se nota lo justo, vamos que pueden pensar que «estas de buen año» 🙂 pues nadie te ayuda, ni te ceden un asiento, ni te suben la dichosa maleta al portamaletas de los aviones, que si normalmente con mi 1,57m me cuesta subirla, pues no hablemos de tirar de ella embarazada cuando se supone que no debes coger peso.
En el segundo embarazo he tenido muchos problemas de ciática, que la verdad es que no tuve en el primero, pero claro en el primero ya tenía el «cupo de males» completo, como para añadirle la ciatica.
En el primero no hice nada de gimnasia, lo más que hice fue pasear, una vez que me «levantaron» el reposo, en este segundo a pesar de que estaba fatal con la ciática, me recomendaron que sin forzar me apuntase a actividades como yoga, pilates o natación, encontré un sitio especializado en embarazadas y me apunté a yoga y pilates y la verdad es que fenomenal, me he mantenido con más agilidad y además como todas éramos embarazadas, pues también hacíamos nuestra «terapia» de charlar con mujeres que están igual que tu, la experiencia ha sido muy positiva, cosa que me perdí en el primer embarazo que fue mucho más de mi tripón y yo, medio aislados del mundo.
En el primer embarazo, todos mis sentidos estaban puestos en que el milagro saliese adelante, no perdía una cita médica, llevaba perfectamente controladas todas las pruebas que me tenía que hacer y en qué momento. Hice dos cursos de preparación al parto, en el segundo mi despiste ha sido general, con deciros que a mediados del segundo trimestre perdí la carpeta con toda la documentación y ha estado perdida varios meses, hasta que de casualidad, la encontré en el trastero dentro de una silla de piscina plegada, he vivido con un lío de citas, fechas de análisis, para ponerme la vacuna de la tosferina me retrasé, aunque eso no fue por mi culpa, la semana que me tocaba, cogí un resfriado gordísimo y tuve que retrasar la vacuna hasta que terminé con la Amoxicina y me repuse un poco, cuando fui a ponérmela ya me llevé el rapapolvo de la enfermera diciéndome que iba muy justa de tiempo.
En el primer embarazo, los kilos, (casi la obesidad se apoderaron de mi🙈), a mi era lo último que me preocupaba y a la encantadora de mi ginecóloga también, como ella decía, había cosas más importantes en las que poner el foco, así que llegué al final del embarazo con 22 kilos más!!! de 55kg que pesaba cuando me quedé embarazada, me planté casi en 80, con mi 1,57cm de altura, casi era más fácil saltarme que rodearme. En el segundo tenia claro que no quería pasar por lo mismo, aunque cuando el malestar aprieta dan igual los kilos, por suerte, en este embarazo no me ha dado mucha hambre, salvo días contados y las cenas casi no me apetecía hacerlas, tomaba una ensalada o algo porque si no a las 4 de la mañana me despertaba con la tripa vacía y me sentía mal, así que de momento llevo 14kg, (a falta de unos días) bueno tampoco es una cifra nada desdeñable.
El tema que se lleva la palma es la preparación del «nido» en el primer embarazo compramos el carrito en Noviembre (nacía a finales de Abril) la verdad es que ahí no fui yo la culpable, fui a informarme de un modelo de edición limitada que había visto en las redes sociales, y cuando llegué, me dijeron que quedaban 60 unidades para todos los centros comerciales de El Corte Inglés en España, así que al día siguiente fuimos a comprarlo, al menos conseguimos que hasta Enero no nos lo enviasen, pero desde Enero estuvo en casa de «la suegra» (que nos lo guarda todo) la caja del Bugaboo, la del Maxi Cosi y la de la base Isofix del Maxi Cosi, a la pobre le teníamos todo el trastero repleto. En Noviembre también comencé a ver las diferentes posibilidades de cunas/muebles/habitación… en Diciembre lo cerramos, nos la hacían a medida, con el compromiso de tenerla a final de Enero, no se fuese a adelantar el niño. El pintor vino justo al finalizar la Navidad a pintar el cuarto y después de eso yo ya monté la minicuna, no fuese a llegar sietemesino. La ropa, antes de Navidad, (estaba de unos 5 meses) el heredero ya tenía una cómoda llena de ropa, pijamas, polainas, culetines, camisitas, bodies, ahhh y algún pijama y body de menos de 3 kilos, por si se adelantaba. En esto el segundo embarazo ha cambiado como de la noche al día, la minucuna y el Maxicosi, los monté hace unos días, ya como quién dice en «tiempo de descuento» el carrito hoy, la ropa la saqué en Navidad, porque comencé a agobiarme, quedaban unos 15-20 días y yo no tenía nada sacado.
¿Vuestros embarazos también fueron tan diferentes como los míos???